1. No escriba sobre el arquitecto, sobre historias, sobre fechas, sobre contextos, sobre ideas, sobre referencias, sobre comparaciones... Si logras hacer esto ya estarás muy cerca de lo que es escribir en arquitectura.
2. No haga introducciones o presentaciones. Escriba sobre aquello que observa. Sea objetivamente subjetivo.
3. Use frases cortas, sin conectores entre ellas. Su tarea es escribir. Entender es tarea del lector.
4. No use ningún tipo de nombre propio. Por ejemplo, nombre del arquitecto, nombre de la obra, nombre del lugar... Escriba como si no supieras de nada.
5. Nunca use adjetivos de valor. Por ejemplo, ligero, pesado, flotante, sobrio, oscuro, extraordinario...
6. Substantive los adjetivos. Es decir, describa de tal modo que la noción del adjetivo quede evidente. Cuando no fuere posible, use adjetivos meramente espaciales. Por ejemplo, horizontal, vertical, perpendicular, simétrico, posterior, inferior, trapezoidal, cúbico...
7. Tenga como únicas referencias el edificio y su proyecto. No crea en el arquitecto. Él también no sabe lo que dice.
8. Describa el edificio como si lo estuvieras proyectando y construyendo. Describir un proyecto es escribir sobre lineas, planos, volúmenes, medidas, proporciones, relaciones, disposiciones... Describir un edificio es escribir sobre sus materiales y sus métodos constructivos.
9. Olvídate todo lo que se ha dicho sobre la obra. Piense más allá del cliché. Escribir en arquitectura es contribuir a los actos de proyectar y edificar.
10. Termine de escribir sin haber dicho todo. En un párrafo puedes escribir cosas de gran valor. No escriba novelas, escriba microcuentos.